Concurso Transnacional Antinarcotico por Internet "Maya". Videos, fotos, carteles, dibujos contra la narcomanía y el alcoholismo

Madrezuela

Autor:   Admin

Pais::   Estados Unidos

Fecha de adición: 30.05.2012

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 Había una vez una niña llamada Galia, no tenía padre y era criada solo por su mamá. Pero educación en sí no recibía ninguna: su madre, cuando no se perdía en el trabajo traía su compañía de amistades a casa para vaciar alguna botella. La niña crecía por sí misma, se ausentaba a la escuela, pasaba el tiempo con sus amiguitos. Soñaba con crecer más rápido, encontrar a su príncipe en un coche blanco importado, construir con él su nuevo hogar, parir hijos y vivir como una familia normal. Pero los años volaron. Galina creció y se halló al borde del precipicio.

- ¿Consumes narcóticos?

- Pastillas...

- ¿Cuándo fue la última vez?

- Hoy por la mañana...

- ¿Conoces las consecuencias del consumo de drogas?

- Sí...

Alcohol, drogas y una interminable lista de pretendientes dudosos. Esa es la vida de Galia desde hace cinco años. En ese tiempo se casó, parió dos hijas. La mayor tiene cinco, la menor tuviera uno y medio. Pero su vocecita sonora ya no se oye en la casa. Una vez la pequeña Vera no se despertó.

“Por segunda vez me acerqué a ella, sentí que algo andaba mal…ya no se movía” – cuenta su madre Galina. “entonces comprendí que ya no respiraba. Me asusté y lloré por largo tiempo sentada. No sabía qué hacer. Llamé a la morgue, me dijeron que debía llamar primero al servicio de socorro. Me asusté. Pensarían que había matado a mi propia hija”- cuenta Galina.

De qué murió la pequeña, solo lo supo la mala madre de los expertos. La muerte ocurrió como resultado de deshidratación y desnutrición general. Resulta que la pequeña criatura humana moría lentamente por falta de alimentos y agua. Simplemente, la madrecita en su compañía de narcómanos perdió la noción del tiempo. No es extraño, considerando que las puertas del apartamento estaban abiertas día y noche para los que deseaban experimentar la euforia endrogada. Cuando Galina comprendió que su hija había fallecido, decidió no decir a nadie y esconder el cuerpo en el balcón, para echarlo de noche a la basura.

Es posible que a la pequeña Vera la vida le pareciera un infierno, ya que no solo murió de martirio. En su año y medio de vida hubo de sufrir las más horribles torturas por parte de su madre y sus amigos drogadictos.

“Cuando el inspector me dijo, que yo apagaba las colillas de cigarrillos en sus oídos – Yo no he apagado nunca colillas en sus oídos” – con sorpresa refutaba la madre, - Solo que le jalaba de las orejas para que se acostara a dormir en hora. Y aquello de las golpizas que le daba…no hubo tal cosa, y las quemaduras en la espalda, es cosa que oigo por primera vez. ¡NUNCA SUPE DE ESO!”

No notaba las quemaduras, ni cómo la niña moría lentamente…No será una sorpresa que ese sea el mismo destino de su primer hijo de cinco años. En todo ese tiempo la madre no encontró alguna hora para llevar sus hijos a una clínica, pues ellos eran para ella solo una coincidencia abrumadora. Ahora, la madre drogadicta espera un juicio y la sentencia, que posiblemente no sea severa. La criatura murió por sí sola, lo que la ley entiende meramente como una negligencia en el cumplimiento de los deberes paternales...

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