Mi historia clínica de narcomanía es muy simple. Comenzó como la historia de todos, transcurrió de igual forma y terminó, de hecho, de una forma estándar - yo no consumo más. Pero, la manera en que eso sucedió es lo más sorprendente. No he visto ni leído nada parecido, aunque de historias de drogadictos estoy bien harto.
Me convertí en drogadicto de manera consciente. Quería obtener de la vida todo, gastar el dinero de mis padres solo en mis placeres, el alcohol, las orgías y por supuesto, los narcóticos. Me gustaba el koks, el olor dulce de la marihuana. No me detenía a pensar que pasaría después, descendía ante los ojos de la sociedad, huyendo de la fragilidad de la existencia en la euforia narcótica.
Los problemas de salud, con los parientes y la policía se convirtieron para mí en una norma. No quería cambiar, ya me sentía feliz. Si había un problema se resolvía con una dosis, y se acabó el problema. Todo era muy simple y alcanzable. Pero, ¡cómo me equivocaba!, ¡qué ciego era! Perdí a todos mis viejos amigos, menos a uno, que”como reconocimiento” hube de enganchar también. Mis nuevas amistades me acompañaban mientras tenía dinero para la droga. Desaparecí y me olvidaron los que más yo quería.
Pero un día sucedió ESO. ¿Qué fue? Ni yo mismo lo sé, pero los narcóticos se alejaron de mí por sí solos. Cuánto gasté para hacerme drogadicto y no tuve que hacer nada para salir de la droga…He oído que así ocurre a veces con los fumadores y los alcohólicos. Se despiertan una vez y ya está, dejaron sus vicios. Algún mecanismo se dispara en sus mentes que desconecta la lujuria.
Así sucedió conmigo. No recuerdo si soñé algo, no sé qué ocurrió en mi conciencia, pero una vez desperté en la habitación mugrienta de un amigo, sucio de vómitos y me dio asco, una repulsión moral. Entonces desperté en realidad y comprendí que nunca más volvería a consumir drogas. Jamás.
Puede que no me crean, pero ya es el tercer año desde que dejé aquello que me estaba destruyendo. Regresé a la universidad y reanudé mis relaciones con mis parientes. Busco a una chica. No sé que pasó conmigo, no lo sé. No puedo dar una explicación científica, pero los hechos son los hechos. He creído en la iluminación.
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