Las personas adictas a las drogas se caracterizan por depender de determinadas sustancias, las cuales afectan el sistema nervioso central y resultan perjudiciales para las funciones del cerebro. Es por esto que sufren de todo tipo de alteraciones: en el comportamiento, en la percepción e incluso en sus emociones.

Si bien la drogadicción es un problema sumamente frecuente en la actualidad, ya que una vez que se entra en el mundo del consumo de sustancias es muy difícil salir, la realidad es que existen muchas formas de evitar que esto suceda.

En primer lugar, es fundamental que no sólo se trata de sancionar leyes que prohíban el consumo de drogas o de controlar su distribución, sino básicamente de cambiar el modo de pensar de las personas. Es importante destacar que los aspectos que nombramos anteriormente son muy necesarios para eliminar un mal tan grande de la vida de las personas, pero si no se modifica la raíz del problema no sirve de nada. La base del inconveniente reside en la sociedad misma, en la forma de pensar de la mayoría y en la cultura que se ha gestado en los últimos años. Con esto nos referimos a que cada vez más personas consumen drogas, con mayor frecuencia y en más cantidad, sin dejar de mencionar que lo hacen como si fuera un hábito común. De hecho, a la gran mayoría de los individuos no les resulta extraño tener un amigo, familiar o conocido con problemas de adicción.

Es por todo esto que es sumamente necesario que se de un compromiso social, en el que los padres puedan brindarle la mejor educación a sus hijos para que no caigan en las drogas y en la que los maestros puedan instruir a los más jóvenes para que tomen conciencia de lo perjudicial que son las sustancias. Tampoco podemos dejar afuera a los medios de comunicación, las diferentes instituciones y el gobierno, quienes deben comprometerse para lograr una nueva sociedad que aprecie otro tipo de valores.