Concurso Transnacional Antinarcotico por Internet "Maya". Videos, fotos, carteles, dibujos contra la narcomanía y el alcoholismo

Quedando solo detrás de la heroína el desomorfin es una droga que tiene cada día más popularidad entre los narcomanos. Entre los cpirculos de adictos con esperiencisa esta sustancia ha sido llamada “cocodrilo” por su alto nivel de toxicidad. Ya después de unas decenas de dosis la piel del drogadicto se asemeja a las escamas. En los lugares donde se aplica la punción de esa mezcla fulminante de acetona, bencina y productos químicos cotidianos quedan llagas, que luego se cubren de costras. El adicto busca nuevos lugares para la inyección y, luego de algun tiempo la “piel escamosa” cubre todo su cuerpo, formando una capa.

La primera dosis de “cocodrilo” provoca una dependencia aguda y la abstinencia voluntaria del adicto desomorfin es para él imposible. Siendo un subproducto de la morfina esta sustancia es un agente químico 20 veces más activo. El narcótico rápidamente quema y tupe los vasos sanguíneos, después de lo cual las extremidades del enfermo comienzan a marchitar. De no amputarse, entonces comienza la gangrena. Los órganos internos se llenan de abscesos y comienzan a supurar. Los músculos y la piel comienzan a desligarse de los huesos. El enfermo expele un olor cadavérico.

El promedio de vida de un adicto a la heroína después del comienzo del consumo es de alrededor de cinco años, cuando el que abusa del desomorfin muere después de un año o dos desde su primera inyección. Tiene chance de salvarse solo en los primeros cuatro meses. Si los especialistas no urgen en ayudarle a dejar la droga en este plazo, en el organismo se disparan los procesos de putrefacción, pudiéndose solamente alargar su agonía.

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