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Sveta y la efedrina

23.11.2012       15:36       Día 73       Ludmila

Ha pasado mucha gente a través de mi vida. La mayoría de ellos no han dejado huella, pero había un poco de suerte memorable. Recientemente, me acordé de una mujer. Su nombre es Luz, y que era un adicto ejemplo típico que vende una dosis madre e hijos para arrancar.

Hay una categoría de adictos a las drogas que nunca tienen suficiente dinero para "veneno", y tienen que tirar para arriba, cualquier cosa, la mayoría de los fármacos químicos pesados, como en el caso de kumara que hacen todo lo posible para pinchar. Todavía no puedo entender lo que les influye. Más bien, por naturaleza, eran lo mismo, y antes de sentarse en la aguja, y las drogas sólo se oculta en el interior de sus lados oscuros.

A finales de los años 80 en la ciudad fue de efedrina. Muchos entonces poprisazhivalis y resiembra, el hombre desaparecido 3-4 meses, para ir hacia abajo, como se suele decir, el suelo. La droga estaba caminando en la ciudad sólo unos pocos años, y cuántas personas murieron durante este tiempo mentalmente, físicamente y también...

Sveta estaba casado y tenía dos hijos, de tres y seis años. Al principio empezó a disparar hasta opio, pero luego cambió rápidamente a la efedrina. Su casa sacó a todos aquellos que no tienen un lugar dónde inyectar y esconderse de las miradas indiscretas. A efedrina - es el sexo continuo, día y noche, incluido el grupo. Llegó hasta el hecho de que su marido estaba sentado en el pasillo y le rogó dosis para todos aquellos que entretuvo con su esposa.

Esto se prolongó durante dos años, hasta que Sveta es encarcelado por alijo. Le dieron siete años, privados de la maternidad y los niños enviados a un hogar infantil privado. Su marido murió pronto su padre, y también se sentó.

La conocí en la cárcel, y la zona de la mantenía cerca. Ella tenía una ventaja - que era un gran trabajador. Buen cocinero, lavar, lavar. Fue una buena esposa para un buen marido. Ella estaba haciendo todas las cosas de la casa y tuvo tiempo para coser las dos normas en un turno, y yo mismo, como he tenido el dinero y los productos. La comida era muy codicioso, al igual que las drogas, aunque él siempre se mantuvo delgado.

Cuando Sveta se borra, ni siquiera pensar en visitar a los niños. Inmediatamente saltó casó y dio a luz a otra hija. Dios es para los niños abandonados le dio un marido que la golpeaba todos los días. Entonces le dijo, y se puso a pasear con su hija en cualquier lugar. Dondequiera que vino, la madre no paraba de hablar, y una hija, mientras tanto hurgar, todo en tiempo. No importa que se les alimenta y se les permite pasar la noche fuera de lástima por el niño, después de su salida es siempre una gran parte de lo que faltaba. ¿Cuántas veces te he robado...?

La niña tenía 9 años cuando la luz murió de cirrosis del hígado, pasando por todos sus rasgos negativos. La vi hace un año. Una copia de la madre. Mota, una madre, por el pueblo y, como madre, krysyatnichaet en aquellos Full Tilt ella. Será aún peor que la madre y su destino - incluso peor. Pero las vidas de los niños que se quedaron en la orfandad, tendrá éxito. Finalizado el 11 º grado, la especialidad. Bueno, que crecieron lejos de ella.

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Comentarios:

  • Juan Pablo, 24.11.12, 09:15

    Las estadísticas atestiguan que la juventud es la que está más afectada por el SIDA. La amenaza que se cierne sobre las jóvenes generaciones debe atraer la atención y comprometer el esfuerzo de todos, pues, humanamente hablando, el futuro del mundo está fundado en los jóvenes, y la experiencia enseña que el único modo de prever el futuro es el de prepararlo

  • Jacobs, 23.11.12, 16:16

    Pocas veces, la humanidad había enfrentado una enfermedad de la magnitud del VIH-SIDA.

    Aún están frescas en la memoria del mundo las pestes asoladoras que cegaron la vida de millones de personas en el medioevo. Familias, aldeas, pueblos y ciudades eran infectados en cuestión de días. La mortandad causada por la peste era altísima.

    Hoy en las postrimerías del siglo XX, unas décadas después de la llegada del hombre a la luna, y en una época tecnificada, matizada por chips y aparatos capaces de realizar hazañas hasta hace unos años increíbles - un tiempo sin límites - nos llega otra enfermedad que sacude los cimientos mismos de nuestras sociedades.

    Enfrentamos un mal, hasta hace poco invisible, capaz de mutar y adaptarse al medio que invade, una enfermedad que destruye las defensas básicas y primarias de un ser humano. Nutriéndose de la estructura primigenia, una célula, que invadida, debilitada y encauzada a otras funciones que no le son propias, muere, llevando al sepulcro a su huésped natural.

    De manera directa los grupos de edades económicamente activos, la cúspide productiva, intelectual y rebosante de vida de la humanidad, se ve amenazada, diezmada; indirectamente familias se destruyen, padres lloran a sus hijos, hijos a sus padres. Personas ilustres sucumben, niños inocentes están condenados a una muerte segura.

    Frente a un mal de tal magnitud e intentando clarificar el cúmulo de conocimiento sobre el tema, es abordamos esta problemática desde una perspectiva histórica, teniendo en cuenta variables de tipo psicosociales con sus efectos e implicaciones.

    Se partirá primeramente, desde la irrupción de este mal en el mundo contemporáneo, las teorías sobre su origen y la naturaleza misma del mal. Posteriormente, veremos como se ha perfilado el mismo en Chile; cifras nos hablarán sobre la real dimensión de este problema en nuestro país. Por último revisaremos la situación de nuestra región. Después pasaremos a introducirnos en la investigación propiamente tal. Con la presentación de la misma, metodología usada, instrumentos aplicados y los resultados obtenidos.

    Por último, se analizarán los datos de manera gráfica y sintética, las conclusiones finales reflexionan sobre el trabajo en sí, integrando las propuestas específicas sobre qué medidas preventivas deberían aplicarse en nuestra universidad.

    Esta breve exposición pretende, en su simpleza, introducirnos a un problema que no tiene límites frente a sí; no reconoce credos ni razones; un mal que en su corta vida, y en cuatro letras encierra un significado mortal.